Cuando los niños cantan, el mundo parece respirar.
¿Por qué no fomentar el canto en los más pequeños? Así,
sin tanto ruido, sin tanta fama y sin tanta técnica.
Simplemente cantar por hacerlo. Que suenen. Que vibren.
Que para técnica ya habrá rato. Que suenan más felices sus voces cuando son
libres.
Si llenamos de canto la vida, tal vez sonemos más fuerte
que las balas, tal vez detonemos más almas que una bomba.
Si cantamos juntos tal vez nos ocupemos en algo mejor que
las crisis y dejemos por fin que la vida fluya.
Cantar por cantar. Respiremos junto con la tierra, que la
pobre hoy más que nunca necesita eso: solo cantar.
Blanca Eugenia Romero
Blanca Eugenia Romero
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